19/6/09

ESTRELLAS ARDIENTES




Noche cerrada. Apenas se distinguen las sombras. Sólo hay unos cristales que refulgen encima de nuestras cabezas, mientras caminamos en un camino oscuro, salpicado de figuras negras de árboles y matas. Algo puede intuirse entre las sombras, y puede ser un hilo de luz. Sólo los cristales refulgen, se ven como racimos abigarrados de uvas morado oscuro, que brillan en su piel y dejan adivinar sus esféricas superficies. Estrellas ardientes. No son como en la ciudad. Son almas que se suspenden en el cielo de la noche serrana. Son piedras que aparecen y desaparecen a medida que aguzamos la vista en la oscuridad, y surgen nuevas. Una ensambla a otra, en una cadena de fusión, en un tejido mullido y aterciopelado donde poder acostarse y descansar. Una cúpula de inmensidad deslumbrante que podemos atesorar en cada latido. Van rodando una a una dentro del alma, para fundirnos en esta única mirada extasiada. Mirada que nunca alcanza. Mirada que se vuelca hacia el alma cuando se inunda de la noche incendiada de estrellas. Y mientras caminamos, te miro sin verte, me miro en la fuente de la bóveda que nos abarca, nos miramos en una calidez poco frecuentada, en una tibieza de unión fraterna.


En San Marcos Sierras, Las Rosetas

11/6/09

LOS JASIDIM DE ANTES

Los jasidim de antes
sumergían su cara a pleno
en ein od milvadó
vivían signados en este paradigma
que hoy surca a muy pocos.
Presos de la externalidad del mundo
nos hundimos en máscaras
de lo que debería ser
nos olvidamos de lo que es.
Encarcelados por juicios y mandatos
nuestros pequeños oasis de materia
en nuestro propio ombligo nos paramos
a tirarle dardos a cualquiera que ose mirar
nuestra intimidad –algo que todos pueden ver-
la verdadera intención del ser.
Escojo el meridiano que puede regir mi conducta
y vivo signado por mundos externos
o vivo la verdadera vida de Hashem.
Aquello que se espera de mí
aquello que yo quiero dar
o recibir
quién es yo
un mero reflejo de mi ego
o el eje inalterable que sostiene mi vida.
La existencia de todos está desnuda
y aún nos atrevemos a defender viejos hábitos.
Los jasidim de antes
están mirándonos perplejos,
en la soledad de sus almas
nos susurran cada noche
palabras únicas
que olvidamos cada día.
Nos quieren arrojar a nuestra fuente
empapar el cuerpo en la inagotable luz.


Jasidim: plural de jasid, hombre que ha alcanzado un nivel espiritual muy puro por su comportamiento jasídico, de jesed, bondad, en hebreo.

ein od milvado: no hay nada fuera de El.

Hashem: el nombre, en hebreo. Se refiere a la divinidad.