6/11/08

ALGUNAS IDEAS ÍNFIMAS PARA MOTZAEI SHABAT


Un rito post shabat: el mate. Sencillo y frugal. Los ritos nos atan al mundo, y nos detienen y aferran a lo conocido, lo afectivo, rodean el cuerpo y lo hamacan.
Cuando no aparece sino aquel muro de encierro, aquella no elección y sólo resta esperar, una curación es recurrir a los ritos cotidianos, al trabajo sano e ininterrumpido de actividades placenteras, al cuenco de la mente que nos vuelca un fluido fresco y nuevo, hasta a veces creativo. También otra opción es algunos momentos con amigos, pero de aquellos verdaderos, que te devuelven su mirada intensa a tu alma y la filtran de cierta calidez que se ausentaba en la piedra que llevaste a cuestas.
Post shabat es el vacío pleno, el de volver al mundo y al ahora qué. No olvidar: buscar siempre aquello que dentro del mundo nos despierte un poquito de la letanía material y nos sitúe en un círculo de luz.

motzaei shabat: después que termina shabat, en hebreo

ALGUNOS FRAGMENTOS


Ninguna ideología es válida si no la del propio latido, aquella que pulsa en el ritmo de la existencia, que determina más profundo que la conciencia los actos, el enfoque según el cual se vislumbra el mundo. Nadie sino uno mismo sabe el camino particular de su ser. Nadie sino uno mismo puede revelar el yugo que finalmente lo librará de su propia esclavitud. Un modo de ver moverse las hojas de los árboles, de desplazar la lluvia hacia el cielo azul y filtrar los silencios de las conversaciones que se deslizan hacia un mismo río. Cuando reúno algunos elementos del día, puedo obtener una ecuación, o un interrogante más. Dónde estás Padre Universal.
La lucha no necesita más abandono, sólo necesita nuevos elementos vitales, gestos de luz de la vida que comienza a revelarse. En el vacío puede surgir un viento que me reúna. En el vacío puedo empezar a ser.

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Tengo la manía de enhebrar situaciones, personas, emociones, sentimientos, y realizo una amalgama que muestra una cara nueva. Tengo la manía de querer recuperar la unidad del mundo y reunirla en mí misma. Quiero entender, dilucidar esta maraña viviente, este mundo-monstruo, y no paro de enlazar naturaleza-hombre-religión-ciencia-muerte-vida-honor-vuelo-amor. Es como cada tejido que comienzo o como coser un nuevo vestido. Hay un entusiasmo inicial, y a veces el resultado decepciona el inicio, o llega el climax final, cuando veo realizada la idea en la materia. No ocurre la mayor parte de las veces. Necesito volcar toda esta intensidad en una obra, pero no llega el momento de plasmarla. No encuentro el cómo, no encuentro cuándo. Casi imposible extraer de mí esta energía desplegándola en todo su esplendor y potencia, pero en equilibrio, sin producir una hecatombe.
Di-s, a veces parece que me incendio por dentro, enseñame a diseñar mi mapa con serenidad, no puedo soportar esta vehemencia sin salida, sin un cauce real dentro del mundo, enseñame a usarme, usame Di-s para lo que vine a hacer hoy, aquí y ahora.

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Las hebras se suceden en una múltiple gama de colores y juegan con la luz matinal, se oscurecen al atardecer y cantan luz al mediodía, mientras las agujas rozan sus puntas de metal y acariciadas por la lana se mecen rítmicamente en mis manos hasta terminar una hilera, mientras parpadeo un poco en el sol de la mañana. Más allá las montañas nevadas del Cordón del Plata dan testimonio de su lejanía y estática paz, como reinas inmortales. Envidio esa permanencia en mi estado de corazón turbulento, mientras mi cuerpo queda aquí sentado mirando el movimiento mecánico de las agujas, otra hilera más y otra, hay que angostar y disminuir puntos, empieza a mermar y después viene el aumento, porque así se le da forma al tejido, y así el ritmo de mi vida; merma y aumenta, merma y aumenta.
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No puedo percibir la cara que se ve de mí. No la sé. ¿Puedo saber cómo es esta cara incognoscible? Aquello que ellos ven no es lo que soy. Ni soy lo que yo veo, ni lo que él ve. Quién soy.
Hay una conciencia que me sabe más allá de mi límite y es la que me hace ser.

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La carencia me hace caminar por el costado del mundo, me hace derivar en cielos húmedos y también soleados, me desliza dentro del submundo enardecido de mi alma y me expulsa hacia el extenso río del mundo-caos.
La carencia me hace abrir las manos para palpar las paredes de la no-inocencia, me sumerge en túneles profundos y laberintos acuáticos, y ya no distingo sino una gélida transparencia entre algunas gotas de colores que se van derramando caleidoscópicas.
Estoy inmersa en un engaño de imágenes que otros proyectaron para mí, en un film que desconozco, y nadie me invita a tomar un café.

5/11/08

CORAZÓN AL BORDE

El corazón en el borde del cuerpo
siempre a punto de caer y rodar sangrante
retrae su latido y me mira
interroga cuánto más
no apaciguarás este ajuste de cuentas
esta razón de vida
que intensa me aprieta la voz
y endurece las alas
para estar siempre de pie
alerta a cada sonido que emitís.

Cuánto más
los ojos enfocados en este punto cruel
retenidos en la pared de los años
que siempre estallan en mis huesos,
mientras Tu mirada se vuelve más misteriosa.
Estoy como brújula sin norte.
La mente encarna las palabras
y el corazón al borde de las manos
estira sus estambres primaverales
de hace dos décadas, los mismos.