28/12/10

SIEMPRE QUE NEVÓ PARÓ

En estos días tan calurosos, para rememorar el frío y la belleza de la nieve en la Capital
en el invierno del 2007 


Siempre que nevó paró
y en esa pausa porteña
en esa cortina aérea de corpúsculos blancos
se reveló la alegría
esa alegría que falta
en la calle
en las piernas
en las rígidas columnas
y en las cabezas rezumantes
de pensamientos inconexos.
Siempre que nevó paró
y fue tal la fusión en el adentro y el afuera
fue tal recreación del alma-nido
que ese día quedó plantado
un árbol frondoso
una visión que no se borra
en el blanco sobre las hojas
un frío cálido que no paró de nevar
al vivir las horas de esa tarde-nieve
en un día de sol cualquiera.



17/12/10

EL YO UNIVERSAL



















En el cuerpo de células que se unen
para cohabitar y mantener el ser
en el flujo de la sangre que recorre
una y otra vez las redes arteriales y venosas
en el intercambio gaseoso que hacen los pulmones
en el sistema óptico del ojo que ve
y la función de las neuronas
que hacen sentir dolor o placer
existe la misma ley que hace la vida
es la esencia que dice “viví”.

Y qué hace que el yo sea el yo
lo que se revela en mí
y aquello que se muestra oculto
el soy aparenta ser único
en cada hombre y mujer
vuelve a repetirse la ley.

Hay una sintonía
una forma de entender
un verbo propio de relación con el mundo
que hace su exclusiva melodía
su particular ritmo y cadencia
una mirada única que analiza
o comprende sólo viendo
sólo siendo
una percepción en cada ser
que lo atraviesa en su esencia
y parece que ser
es un modo personal
aunque se manifiesta en cada ente vivo.

Se puede ser desde los pies inmóviles
o en marcha continua
desde los brazos y manos
desde la cabeza y corazón
se puede ser desde las vísceras
desde los huesos y la sangre
desde las redes nerviosas
desde la voz, la palabra
desde la voracidad y el deseo
desde el dolor y el placer
sólo desde el cuerpo

pero es desde el alma
que se es yo
el Yo Universal
que refleja cada yo
en un patrón inalterable.