5/3/10

FACETAS DE LA ROCA IV

Rocas volcánicas. Río Agrio, Caviahue. Neuquén

OTRA LLUVIA MÁS

Provengo de la madre universal
y niego la cadena que me sujeta a ella.
La fuente corta mi cara en dos lunas
que me interrogan cada hora.
Otro pájaro exhala sus notas
y no sé el fuego que lo habita.

Llueve. En mi vértebra primera llueve
una rama retorcida de tormentas.
Un suelo empinado vuelve a mí
con rocas desprendidas hasta mis ojos.
¿Debo tragar un alud en la mirada?
No sigue un día igual al otro
y sin embargo parece que el reloj
es siempre el mismo túnel que nos aspira
hasta el tuétano. Y ya.

Será que las mandíbulas de la noche
aprietan mis hombros
cuando dejo las alas
en manos inútiles.

Llueve. En el trazo de mi cuerpo
que ayer dibujaste llueve
sin piedad, acuática luz
que nos alberga sobre la tierra
mientras tejo más gotas
sobre nuestras fuentes.

Ahora la cama. El cuerpo
en anestesia hacia el día.

HABITOS

¿Cuál es mi lengua sobre los hombres y mujeres de este siglo?
La ajenidad de mi espíritu a este mundo es una rosa en un desierto.

Sé vestirme a la mañana.
Cocinar la comida adecuada al día:
aderezo con un poco de canto
o música medieval.
¿Literatura? Cada vez menos.
Una excelente película
tiene belleza universal.

¿Dónde buscar el silencio del cielo?
El laberinto me está aterrando.
Empiezo a parecerme a esos leones de zoológico
que arrastran su imperio en el corazón.

PUMA DE ZOO

Las garras en cautiverio
las fauces abiertas
colmillos sin destino
ojos felinos sin montes
ni tierra que se rasgue.
El hombre sólo pasa.
No intuye el mal
en tu ser inerme.

El hombre sólo pasa
y se va.

Sus pies seguirán pisando
el mismo suelo
de idéntico modo.

Llevaré tus ojos
tus colmillos soberanos
tu pelaje de ósea raíz
de regreso al monte.
Escalaré el crepúsculo
y te veré correr
en tu morada.

El hombre sólo pasa
y se va.

Ignora que esta noche
sangrará en sueños.