5/3/10

OTRA LLUVIA MÁS

Provengo de la madre universal
y niego la cadena que me sujeta a ella.
La fuente corta mi cara en dos lunas
que me interrogan cada hora.
Otro pájaro exhala sus notas
y no sé el fuego que lo habita.

Llueve. En mi vértebra primera llueve
una rama retorcida de tormentas.
Un suelo empinado vuelve a mí
con rocas desprendidas hasta mis ojos.
¿Debo tragar un alud en la mirada?
No sigue un día igual al otro
y sin embargo parece que el reloj
es siempre el mismo túnel que nos aspira
hasta el tuétano. Y ya.

Será que las mandíbulas de la noche
aprietan mis hombros
cuando dejo las alas
en manos inútiles.

Llueve. En el trazo de mi cuerpo
que ayer dibujaste llueve
sin piedad, acuática luz
que nos alberga sobre la tierra
mientras tejo más gotas
sobre nuestras fuentes.

Ahora la cama. El cuerpo
en anestesia hacia el día.

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