13/1/13

LA PIEDRA AUTÉNTICA



              I

Hoy la lucha se invierte.
Todo gira en el epicentro.
El cráter da a luz
en la oscuridad.
Ya no hay flores
en la génesis de la palabra.
Ahora clavos herrumbrados
sostienen el encuentro.
El mapa que no existe.
El papel arrugado en la basura
emite ecos de vacío
una cara efervescente
ojos que marchitan sus pupilas
centros de luz alunada
entre despojos y vísceras.
El fusil anuncia la mentira.
Dispara al ídolo de hierro.
Su muerte
            hoy
                        es mi palma.

              II

La desnudez me agobia siempre
en la pared expuesta
con lágrimas de noche-estrella
pirámides abiertas en la luz.
Desde el túnel en espiral
            hacia el sol
desnuda de huesos
sin brújula
me busca la muela
me hiere el junco erecto.
El disparo certero
en la desnudez
             del parto
cegó mi día.

             III

La partida fue el amor
esa verosimilitud del ser.
Una fauna recia en el monte
el árbol en la cima.
Pero el vástago murió.
Ataúdes en el centro de la tierra.
Piadosos besos
para los niños no nacidos.
Hoy descanso
sobre el holocausto de abejas.
La mano se estira
hasta el primer rocío.

             IV

El olvido busca
los párpados
con anclas feroces.
Ahora despierto
para atesorar jóvenes anillos
o caracoles de agua tropical
sin semen urgente
sin numen agitador.
El látigo crece entre mis huesos.
Mis mejillas no se atontan
no se rinden en esta lid mis ojos.
Crezco con la violencia de uñas
que rasgan mi pared
y alumbro hijos de materia nueva.
Alguien me dijo
            “la evolución”.
Entre cristales colgados
en el brillo de la tarde
            la piedra auténtica.

Sobre ella estoy
            y permanezco.

LA PIEDRA FEROZ II



Hoy destierro
mi piedra feroz.

Renuncio
a esta manera de embrutecer el sol
de anular el trazo de la nube
que a la vez me niega.
Arranco
este fastidio sin reposo
el ciclo de fieras regresivas
que no detienen su obsesión
de la muerte diaria.

Sumerjo la mano
en el agua estancada
para estrangular mi otra mano
aquella de los signos sin relieves
aquella de las líneas inconclusas.

Y digo no
a los filos que aún me acosan
el agujero de espera en la cama
el círculo estriado de piel muerta.

Se levantan las piernas.
los pies se afirman.
Los falos despiertan para nutrir vulvas
y sangre y ojos en el ala nueva.
Cadenas de huesos
abrigan el sol.

Proclamo el no
más allá de sus letras
en la noche de pupilas blancas
para que todos oigan
los de pies vírgenes
los de pies duros
los de espaldas tórridas
los de vientres yermos:
                        la espera en la ventana
                        trae muerte.
                        El amor sólo nutre
                        al que lo deja fluir.

Hoy te destierro.
Te prohibo la luz.
Edifico el no
en el último combate.

LA PIEDRA FEROZ I



Te exilio.
Te obligo con látigo
a irte de mí.
La garganta escupe
la piedra feroz.

Te exilio
a tierrras yermas
sin vertientes
rocas de filos acerados
sin ramales verdes.

Te exilio de mis uñas
para que no habites
mis huesos
mis númenes
mi letargia austera.

                        sin flores
                        sin piélago nocturno
                        ni almácigos de manos
                        para exiliarte de todo
y sin furia

                        sobre todo y siempre
                        sin furia

ni amor.

Te exilio
a la muerte
de los indignos
sin perdón
ni alivio de lluvia.

Quedo en una onda de agua
en la estela nebulosa
en el faro salvador
sin la piedra que anula
ni el desamparo falso
de los necios.
Las céluas celebran
el día después de la guerra.

Piedra exiliada
sin furia
sin amor.