25/4/10

EL MUNDO SUCEDE

Tierra en constante creación.
La nube avanza sin designio propio.
Nace otra mañana y el mundo
es un pájaro veloz que insemina
las alas de los hombres.

Vacío del alba que me refugia
en Hashem y alumbra mi morada,
fuente sagrada, fluí en mi centro
y volcame al cielo de tu eternidad.

Tierra nutrida de todas las aguas
rodea mi cuerpo y me devuelve
fresca en el torrente de los días.

Reúno piedras y flores:
ambas existen en mis manos
en la tarde y en la noche
que gira con los astros.

Ahora soy invencible
una guerrera del día
y recibo el  escudo de Tu pecho
para todos los combates.

La mañana alimenta la fuente vacía
y el mundo sucede
fuego-aire-tierra-agua.

FUENTES PRIMITIVAS

Abrí las fuentes primitivas
y supe la gota en la flor
y el estruendo de la lluvia
por la noche.

La cima es íntegra y calurosa
segada por las fuentes.
Las lunas en fusión
me refugian y asciendo
hacia el caudal del río
que me dio origen.

ABISMO DE AGUA

La densidad de las hojas en los árboles pronto no estará. La bruma de la pequeña tarde llega a la ventana y una claridad adusta rodea mi cuerpo. Hay un llano increíble de años en mis manos y donde miro brillan lunas cíclicas, plateadas o broncíneas. La carne del día me abraza y sujeta para que no mire tras mi espalda. Delante, una nueva fuente de luz no termina de abrirse nunca. Intuyo una boca de jazmines y peces en túnel al mar de soles desconocidos. Una boca de fruta cambiante. No logro digerir esta fruta. Es demasiado viscosa, demasiado dulce, demasiado fruta para ser sólo una fruta. Es recta y curva, sinuosa y aceitada, caliente, y si la tomo se vuelve gélida. Otra vez la boca de jazmines y peces se abre en aros concéntricos encerrando un pozo infinito de agua. Un absimo de agua me espera y la ronda que no detiene su danza me lleva al precipicio acuático.
Miro por la ventana. Los árboles ondean un poco bajo el peso del otoño. Habrá que esperar a que caigan las hojas.

CORAZON AL BORDE

El corazón en el borde del cuerpo
siempre a punto de caer y rodar sangrante
retrae su latido y me mira
interroga cuánto más
no apaciguarás este ajuste de cuentas
esta razón de vida
que intensa me aprieta la voz
y endurece las alas
para estar siempre de pie
alerta a cada sonido que emitís.


Cuánto más
los ojos enfocados en este punto cruel
retenidos en la pared de los años
que siempre estallan en mis huesos,
mientras Tu mirada se vuelve más misteriosa.
Estoy como brújula sin norte.
La mente encarna las palabras
y el corazón al borde de las manos
estira sus estambres primaverales
de hace dos décadas, los mismos.