6/4/15

INAPELABLE



Cuerpo condición
ojos condición
fuente mano condición
en traspasar el no horizonte/no meta
transfigurar tu cuerpo de piedra
someter el ritual al alma
y que tenga el cauce de la luz.

Síntesis del clítoris
que no abarca los centímetros de tu furia
muerte en los dinteles
y una lluvia pálida
llora en el florero japonés.

¿Existe tu albergue
tus huecos que me acunaban
tus flores amarillas y azules
y los ocasos de árboles solitarios
donde te hundías a mirarme?

No tenemos ningún canon
no encajamos en estructuras.
Esta es nuestra raíz y nos subleva
a la vida azul fuego
a  la virtud de planear sobre la ciudad
y escupir inmensos árboles violetas
y páginas de lluvia nocturna
el ciclo de la luna
el vientre del sol.
Cada risa que nos extirpan
es un adelgazamiento del alma.
El verdadero poeta
es inapelable.
No se lo puede llamar siquiera
poeta.

Había una vez
tu cara en la mía
y la lluvia tornasolada
envolviendo el horizonte.
El calor de los pies crecía.
Había una vez
que éramos siendo.

PAJAROS DE FUEGO VERDE



 I

Indago el modo más sutil de muerte,
elijo esta dualidad de ser y no ser.
Las ferocidades del mar abren
mi última puerta hacia el dolor.

Y la planta me ayuda:
existe esta conciencia vigilante
y el doble que ruge en el eje.

Las suavidades aromáticas de la carne
el plexo en el cielo y en la tierra,
el estallido de la génesis arrullan
esta pequeña muerte.

En la ventana insípida de la casa
                el valle verde late en la mano.

Un bosque de isla es el corazón
y la sangre para todos mis caídos
surge en la fisura de los muros
exhibiendo los cadáveres frescos
sus manos en devoción, aún tibias.

La inasible dualidad amante
viaja en la médula y estalla
a través de ínfimos poros del ser:

                -Retiren los cuerpos del piso, señores.

II

Las almas sudan su clamor
y huyen en pájaros de fuego verde.
La quietud del lago
es el ruido del arroyo
y la recta traza su curva
en los infinitos puntos.

La muerte es todos los días
todos los días la vida.

La doble cara se tuerce
en muecas de espanto y placer.
Nada es fuera de esto.
Y el límite no se muestra
a ningún prisionero corporal.

TIERRA ENCANTADA



Aire-cielo
fuego, tierra, agua
ensamblan la fuerza cósmica
engendran la armonía terrenal.
Las hojas de los árboles
danzan su cadencia única
en su diálogo aéreo
elevan su verde latido
y el  agua serpea entre la madera
nutre las raíces
asciende y desciende
en el ciclo circular
mientras la tierra
expande su fertilidad
hace su misión en silencio
en la llanura del mundo
disemina el fruto
y se nutre de la eterna luz.