19/3/09

LAS QUE ESTÁN

Encuentro a cada Laura erguida
contra una extensa pared blanca.
No conversan. No piensan. Sólo están.
Alguien observa y toca sus caras marmóreas.
Deposita rosas a sus pies, hojas blancas,
algo de fruta, cuchillos, un hombre,
una cama tendida, un par de alas,
un televisor, una jaula,
una fuente de música, un día de playa.
El estado pétreo de sus ojos atraviesa
cada cosa con la impasibilidad del fuego.
El viento solar roza las figuras
y comienza una danza giratoria. Ascienden.

Observo sus caras sueltas en el espacio verde y azul.
Se deshacen sus cuerpos y sólo queda un fluido
de olor incólume entre los hombres y mujeres que pasan
con sus actos y sus miserias.
No hay luz ni oscuridad. Sólo un canto
que se eleva por el único invisible canal.

Encuentro a cada Laura erguida en un círculo de fuego
que nace y muere irrepetibles veces
para verme nacer.

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