El latido resbala
lento
hasta el piso.
Adolece de
palabra.
Flota débil entre
voces,
vorágine sin isla.
Trepa árboles
nudosos
que lo nutren de
verde-verde.
Choca con ángulos
estremecidos
y se redondea en
ocio vagabundo.
Cae por huecos
azulados
y paraliza su
ritmo.
Sin la palabra.
Salta, ebrio de
ventanas
hasta la
garganta.
Rebuzna. Grita.
Sitia el nudo
negro
que tiraniza su
encierro.
Mata la palabra.
Se acurruca entre
los huesos
y las redes
venosas.
Arranca desde los
cuerpos
al encuentro de
su par,
y en la explosión
que anula tumbas
alivia su hambre.
Duerme en las
manos.
Devora hormigones
de siglos.
Cava túneles en
la inmundicia.
Gutural / Sin
palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario