Desarmar una casa
es como abrir un cuerpo
vivo y muerto a la vez
late y se desangra
en el bisturí
se regenera y muere
un cuerpo de muchas cabezas
un cuerpo de múltiples brazos y piernas
vértebras en largas columnas
médulas enlazadas
de luz azul
que engendra un caos
y un nuevo orden
génesis y muerte
ilumina con sus voces
a veces rientes
a veces de piedra o plomo
es espiar en los resquicios
de vidas antiguas
que vuelven a ser
instantáneas fugaces
piel y uñas
dientes y pelos
bocas suaves o demoledoras
ojos y palabras hincadas
en las células.
Desarmar una historia
y armar otra
piezas de rompecabezas
que brillan al trasluz
o caen vacías
o rotas con estruendo
o con raíz viva
con pies de hombre joven
o de mujer pilar
puntos de luz y sombra
donde los huesos se anclan
en la carne
y quieren desaparecer.
Y los náufragos de esa casa
siembran nuevas islas
con sus labios de sal
y sus marcas en la piel.
Y los que viajaron en luz incandescente
nacen y mueren de nuevo
y los que no pudieron
no volverán a ser
y los que amaron
se quedan en fusión
hacia nuevas manos y piernas
que enlazan nuevos cuerpos.
Desarmar una casa
es como abrir un cuerpo
vivo y muerto a la vez
es morir hacia el pasado
en un hoy fundacional
y donde estén nuestros muertos
espero que estén en paz.
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