31/8/08

VISITA NOCTURNA

Desperté con un hilo de palabras perfectas
casi despegadas de la almohada.
Olvidé su ritmo nocturno en el alba
y los sitios fueron calmos como el plato del día.
Nada supe del febril mensaje,
tal vez una montaña de siglos en los cuerpos
una rueda de luz sin tiempo
sobre la carne y los detritus del río.
O una flor ínfima, sus pétalos de agua
y lluvia pequeña para los ojos,
o una hoja caída del árbol primero.

Otro día transcurre en la mañana
y su canto extraño inflama los huesos.

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