30/10/12

MUROS EXTRAÑOS



Estuve buscando mis manos
mucho tiempo.
Hoy suelo recorrer paisajes con muros
atestados de signos extraños.
Los huesos hallaron diferentes castigos
pero nunca el mar
ni más razones que las del necio
que aúlla tempestades.

Comienzo a cubrirme de hierba buena
de ojos que anuncian sitios ignotos.
A veces corro a hundir la cara
en la tierra más abyecta.
Pero vuelven mis pasos hacia el agua
y lavo mis pies-peces.
Ondulo como aguaviva
me eternizo en las mareas
y diluyo las hebras de mi lengua.
Tal vez el reino de la ballena
me reciba algún día
con su boca demorada
en la soledad oceánica.
O ya no pertenezca
y sacuda mis árboles al viento
y la tormenta me despoje
de mis hilos primarios.

Tal vez un día
ya no mastique
y mis ojos sólo busquen el sol
un punto en el cosmos
donde nacer nueva.

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