8/1/13

UNA RÁFAGA SECA




El amor no es sino esta ligereza de mis manos sobre tu cara al entender tus frondas y ese líquido verde profundo que vertís en mis venas y vuelve en un caudal de día nuevo. La fusión es fundacional, y sé que luego no es más que una sombra de pájaro o una ausencia de gato en la ventana. No querés conservar nada mío a mi partida. Una ráfaga seca se apodera de mi cuerpo y me tumba en plena calle; debo levantarme y luchar con ella, devolverle su voz atronadora y sepultarla cuadras atrás para que no me siga. Otra vez libre, y sola. Aquella cocina y aquella pared  que me aprisionaban ya no existen y sin embargo pesan en mi manso fuego de hoy. Quisiera la pureza de no arrastrar las voces áridas, de no llover más delitos sobre las caras que se aproximan con una nueva sentencia. Debo limpiar toda esta vereda que desconozco y ser llana en tu nombre.

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